La alegría por tu sola existencia en mi


“El amor es la alegría que me da la sola existencia de una persona amada” –Joseph Zinker

Me parece tan interesante el que, no importa qué tiempo haya pasado, qué lugar nos haya escogido el camino, siempre que nos devolvemos en un abrazo, como que todo vuelve a dar giros en el mismo espacio. Nuevamente me encuentro aquí, escribiendo formas a ver si logro dibujarle algún sentido a esto que nos precede consistentemente. Es como que, no importa cuántas rutas escojamos tomar, siempre el tren nos termina devolviendo a la misma estación de sueños. Y entre palabra y palabra, hay un susurro de silencio que me golpea los sentidos y me cuestiona tantos viejos versos escritos.  Es impresionante la manera en que una simple mirada, un pequeño susurro de acaricia, una minúscula gota de sonrisa puede llevarnos por tan oscuro abismo de incertidumbres.  Si algo tengo de cierto es que al menos, si no es amor, he encontrado mi «talón de Aquiles», mi debilidad concebida que converge entre ciertos pasos en el camino que te hacen repensar el instante de lo ausente-presente.

Cada vez que te veo y te vivo en persona, resultas ser el «punctum» de la herida no concebida…y no se trata de una herida mala, si no algo que tan sólo duele si medir palabras entorno a si es bueno o malo, pero que definitivamente te hace despertar y darte de cuenta de que estamos vivos; de que el mundo seguirá dando vueltas y que podremos aportar a la eternidad del Universo aún a pesar de nuestra mortalidad, pero que  dentro de nuestra mortalidad, hay toda una vida por la cual vivir y compartir. Desconozco cuál será la movida que el Universo dará para con el camino. Quizá resulte todo «fotográficamente tan distantes«, como diría Fito.  Pero en lo que todo va tomando forma -cualquiera que decida tomar- seguiré tarareando en el mar de los recuerdos vividos naturalmente, como aquellos que tan sólo existieron en una chispa de instante de ensueño.